Un corredor profesional de ciclismo, aquel que tiene aspiraciones de ganar un Gran Tour, como el de Francia, Italia o España, tiende a dominar varias disciplinas. Invariablemente, son escaladores extremadamente competentes, que a menudo se los observa en la parte delantera del pelotón cuando este alcanza sus pendientes más altas. Con frecuencia también son muy competentes en la contrarreloj, la prueba por excelencia en materia de rendimiento; y además los mejores también se caracterizan por su fuerza interior, su capacidad de respuesta y su perspicacia para aprovechar las oportunidades.