El paciente del siglo XXI es un agente de cambio

Estamos viviendo un período acelerado de cambios y este hecho se ha transformado en un tema diario de debate y análisis. Cambios en todos los órdenes, tecnológicos, sociales, políticos, científicos, religiosos, ideológicos. Pero lo que en realidad estamos viviendo no debe ser considerado como una suma de cambios ni una época de cambios sino que lo que está ocurriendo es un auténtico cambio de época.

En este cambio de época, en esta nueva realidad que vive el mundo la salud no es la excepción y en esta importante área del desarrollo humano también debemos ser conscientes que se ha producido un cambio de época. Y también debemos reconocer que esto implica una nueva realidad para los sistemas de salud que deben rediseñar su estructura y adaptarla a las necesidades actuales pero aplicando las herramientas y los instrumentos del nuevo siglo.

El desarrollo científico y tecnológico permanente no es la excepción sino que es la regla en el siglo XXI. En la medicina actual el conocimiento evoluciona con gran rapidez y es necesario que todo el personal de la salud este capacitándose en forma continua y adaptando los procedimientos a la incorporación de nuevas herramientas que mejoran sustancialmente la atención médica y por tanto la calidad asistencial.

Uno de los cambios, a nuestro entender más trascendente en la medicina del nuevo siglo, es el rol y la actitud de los pacientes, de los usuarios. Muchas veces se dice que el lema de la medicina tradicional podría haber sido «todo para el paciente, pero sin el paciente», y esto simboliza y explicita el paternalismo que caracterizó a la práctica médica durante muchos años y esa era la regla, la norma aceptada.

Pero hoy, con el cambio de época y en este nuevo siglo, la realidad es otra, el paciente reconoce su enfermedad, está informado y también conoce sus derechos y la importancia de transformarse en un actor activo abandonando la pasividad histórica.

La llegada del paciente activo, empoderado está dando una gran fortaleza a los sistemas de salud así como también a los resultados que se obtienen en la búsqueda permanente de una mejor atención médica. El paciente del siglo XXI debe tomar partido activamente en el cuidado de su salud, en el cambio de hábitos y en la recuperación durante la enfermedad. Esto está suponiendo una revolución, un cambio de paradigma.

La actitud de mayor responsabilidad asumida por el paciente promovió la conformación de asociaciones y organizaciones que reunieron no solo a pacientes y familiares sino también a profesionales y técnicos de la salud en la búsqueda de una mejor calidad de la atención médica, una mayor seguridad para el paciente y una atención humanizada.

Esta nueva realidad teniendo como referencia el cambio de época y el valor de contar con un paciente activo y empoderado orientó el camino hacia la constitución, primero del Plenario de Pacientes Uruguay, y hoy de la Alianza de Pacientes Uruguay, que con sus permanentes aportes apoya la consolidación del sistema de salud con el objetivo de lograr una atención sanitaria de calidad, segura y sustentada en los principios humanistas. La Alianza hoy es capaz de articular acciones conjuntas y analizar situaciones complejas con una gran capacidad de generar propuestas y soluciones.

El concepto esencial que sustenta la existencia de la Alianza es que la acción conjunta logra mejores resultados, que como pacientes tenemos derechos, pero también tenemos deberes, individuales y colectivos, que deben ser nuestra meta hacia una sociedad saludable y responsable.